Max Verstappen es el hombre del momento. Sangre nueva, polémico en pista y fuera de ella, el holandés es un filón a sus 18 años. Que le pregunten a Ecclestone, que asiste a un llenazo en Spa con 60.000 belgas y holandeses -similar al tirón de Schumacher en Alemania y Alonso en España- a la llegada de un patrocinador poderoso como Heineken y a la permanente presencia mediática del chico en el territorio de la trifulca, su preferido históricamente.
Si la cosa no ha pasado a mayores deportivamente, con sanciones, etc, es porque aún no se está jugando el título y sus guerras en el asfalto no alteran la pelea de Mercedes por la corona. Otra cosa sería si los topetazos se los diera con Rosberg y Hamilton, pero por ahora sus experimentos son con gaseosa y sólo le alcanzan a molestar a los Ferrari. Asiduamente, eso sí.
Ya se vera que pasa. Pero si lo quiere Ferrari para el 2018, lo tiene un poco mal el chaval.