El motor de su Toro Rosso se apagó en la parrilla y logró encenderlo de nuevo justo antes de que se apagasen los semáforos
Carlos Sainz protagonizó una buena actuación en el Gran Premio de Malasia, en el que a pesar de no puntuar, quedó realmente satisfecho con su 11º puesto, pero el piloto madrileño estuvo muy cerca de no poder tomar parte de la carrera.
El motor de su Toro Rosso se apagó estando en la parrilla, momentos antes de que arrancase la lucha, y Carlos Sainz no fue capaz de volver a encenderlo hasta que todos los semáforos ya estaban encendidos y a punto de apagarse.
La causa de dicho incidente fue el calentamiento del embrague durante la vuelta de formación, y Sainz necesitó la ayuda de los ingenieros a través de la radio para volver a encender su monoplaza y tomar parte de la carrera. “Nos las arreglamos para volver a encender el motor con un comando que tengo en el volante para casos como éste. Mi ingeniero me lo recordó, y la primera vez no funcionó, pero la segunda sí. Fue cuando ya estaban encendidas las cinco luces”, explicó Sainz en declaraciones concedidas a Autosport sobre la tarea que llevó a cabo para poder disputar la carrera.
En cualquier caso, lo cierto es que el procedimiento de la salida fue más largo de lo habitual ante el estupor de los aficionados, que desconocían lo que ocurría, y el propio Sainz se mostró sorprendido por la reacción de Dirección de Carrera al respecto. “Probablemente me estaban esperando. Pero no entiendo cómo empezaron a encenderse las luces cuando mi coche estaba completamente parado”, indicó el piloto madrileño analizando lo peligroso de la acción.